Hace algunos años, las videoconferencias requerían de un gran aparataje para romper su único objetivo: la distancia. De esta forma, lugares puntuales que contaban con centrales habilitadas para realizar la comunicación, eran los recintos especialmente diseñados con rigurosos detalles que permitían que diferentes personas se conectaran e intercambiaran ideas.
Actualmente, la tecnología permite que todo este armatoste se desarme y sólo existan unidades pequeñas y portátiles que faciliten la comunicación. En este plano, Internet cumple un rol fundamental, ya que gracias a su rapidez y facilidad de uso, deja que se transmitan archivos de audio y video, accediendo a una comunicación óptima y eficaz.
Los softwares de grandes empresas ya han perdido mercado en esta área, ya que por sus altos costos no están en la mira de clientes regulares.
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